CIELO NOCTURNO. Las Perseidas y otros «actores secundarios»

Publicado: 10/08/2020 de korovaCriptana en Astronomía, Las Tardes Korova 2020, Uncategorized
Etiquetas:, , , , ,
 

Este año las circunstancias requieren realizar la contemplación del cielo nocturno de forma responsable. Queremos evitar las concentraciones de personas por lo que hemos convertido la experiencia colectiva en una propuesta para que cada cual pueda realizar la búsqueda de las Perseidas y disfrutar del espectáculo del cielo nocturno a su manera. Santiago Angulo, colaborador habitual de Korova y experto en la materia, nos ha enviado información y unos consejos para que la noche astronómica sea lo más divertida posible.


 

Estimados amigos de Korova:

Para todos los que quieran disfrutar de la lluvia de estrellas más famosa del año, las Perseidas, en este 2020 tan peculiar, algunas cosas a tener en cuenta pueden ser:

– Cuándo salir a observar:

El máximo de la lluvia, el momento en que la Tierra atraviesa la zona más densa de los restos que el cometa 109P/Swift-Tuttle ha ido dejando en su órbita alrededor del Sol y que dan lugar a las estrellas fugaces, está previsto que suceda, según el Observatorio Astronómico Nacional, a las 15:13 del miércoles 12 de agosto (el momento exacto del máximo se obtiene con modelos de simulación con ordenador que generan diferentes predicciones según el modelo utilizado, por lo que no se sabe con exactitud cuando puede ocurrir y hay variaciones del orden de horas de unos modelos a otros, aunque todos parecen coincidir en que se producirá el 12 de agosto). Si es así, habrá que esperar hasta las primeras horas de la noche del 12 al 13 de agosto (del miércoles al jueves) para apreciar el espectáculo astronómico en las mejores condiciones posibles. La puesta de sol del día 12 tendrá lugar a las 21:12 pero conviene aguardar hasta que se produzca lo que llamamos “noche cerrada” y se puedan percibir a simple vista las estrellas menos brillantes. En términos más científicos, conviene esperar hasta el final del crepúsculo astronómico que tendrá lugar a las 22:53. Desde esa hora hasta la salida de la luna a la 1:54 de la madrugada del día 13 es cuando, en principio, se darán las condiciones óptimas para la observación. Después de la salida de la luna seguirá habiendo estrellas fugaces pero será más difícil verlas porque nuestro satélite, en cuarto menguante hacia luna nueva y con un 33,5 % de extensión iluminada, generará bastante luz de fondo que impedirá ver muchas de las Perseidas menos brillantes.

– Otros cuándos:

Para los que no puedan salir a contemplar la lluvia la noche del 12 al 13, la alternativa es hacerlo la noche anterior, del 11 al 12, del martes al miércoles (si el máximo se produjese, como prevén otros modelos, a primeras horas del día 12, sería conveniente la noche del 11 al 12 puesto que estaría más cercana al máximo). En este caso, la puesta de sol tendrá lugar a las 21:13, el final del crepúsculo astronómico a las 22:55 y la salida de la luna a la 1:21 de la madrugada del día 12 con un 42,6% iluminada. Y quienes tampoco puedan esta noche, en realidad tienen Perseidas desde el 16 de julio hasta el 23 de agosto pero con menor frecuencia de avistamiento que en las noches cercanas al máximo.

– Cuidado con el tiempo:

Aunque, en principio, la noche del día 12 al 13 se piensa que puede ser la mejor (más cercana al máximo y con la Luna apareciendo más tarde y menos iluminada que en la noche del 11 al 12), al final lo que en gran medida puede condicionar la elección es el pronóstico del tiempo. En el momento de redactar estos consejos todavía no hay pronósticos fiables sobre qué sucederá esos días y menos aún en las horas concretas en las que se podría llevar a cabo la observación, pero todo parece indicar que el tiempo seguirá más soleado y caluroso de lo que algunos querríamos; no obstante, habrá que estar atentos.

– Qué necesitamos:

Una vez escogido el día y la hora, en cuanto a la observación propiamente dicha, no se necesita nada especial. Alguna silla plegable, tumbona o alfombrilla que nos permitan, ya sea sentados o tumbados, mirar cómodamente al cielo, y alguna chaqueta o ropa de abrigo por si baja la temperatura más de lo que pensábamos o por si el viento, eterno compañero de estas tierras, decide unirse a la fiesta.

– Qué no necesitamos:

Una lluvia de estrellas no necesita nada más que nuestros ojos para verla; ni prismáticos ni telescopios ni cualquier otro sistema óptico con el que ampliar una zona de cielo porque no se pretende ver una zona concreta sino, más bien, la mayor cantidad de cielo posible. Importante: nada de linternas, móviles o cualquier otro foco de luz (especialmente focos de coche) que puedan hacer que el ojo pierda la adaptación a la oscuridad. Sin luz, las pupilas de los ojos se dilatan en un proceso de adaptación que nos permitirá tener una visión nocturna mucho mejor pero que necesita incluso decenas de minutos hasta que se completa. Por el contrario, la adaptación se pierde con la exposición a una luz intensa en apenas unos segundos. Si se necesita una linterna, que sea de luz roja y poco potente.

– Dónde mirar:

Al respecto, no hay ninguna zona de cielo privilegiada, las estrellas fugaces aparecerán con igual probabilidad en cualquier parte del cielo aunque será más fácil que las veamos si nos fijamos especialmente en la zona del cénit, la que nos queda justo en la vertical del suelo, arriba de nuestras cabezas. Mirando al cénit observamos más cantidad de cielo y con menos contaminación lumínica (porque observamos menos espesor de atmósfera) por lo que será más probable verlas. Otra zona de cielo hacia la que también resulta especialmente curioso dirigir la vista es el radiante de la lluvia, es decir, el punto desde el que parecen provenir las estrellas fugaces. En la lluvia de la Perseidas el radiante se encuentra en la constelación de Perseo (de ahí el nombre de Perseidas), que en las horas propuestas para la observación, por ejemplo, en el paso de un día a otro a las 24:00 del día 12, se encontrará bastante bajo, aproximadamente a unos 20 grados de altura desde el horizonte y a 24 grados desde el norte en dirección hacia el este. Para orientarse, tal vez convenga tener en cuenta que aproximadamente 10 grados de cielo es lo que ocupa un puño de una persona adulta visto con el brazo completamente extendido, por lo que el radiante a la hora comentada estaría dos puños y medio desde el norte a la derecha y dos puños desde el horizonte hacia arriba (si se sale a hacer la observación hacia el norte del pueblo, por ejemplo, en la ermita del Cristo, habría que mirar en dirección hacia Miguel Esteban y 20 grados por arriba del horizonte).

 

Será curioso contemplar cómo la estela que dejen las estrellas fugaces propias de las Perseidas parecerán venir de dicho punto aunque cada estrella empiece a verse en cualquier zona del cielo. De hecho, si la estela de una estrella fugaz no proviene del radiante de las Perseidas no será una Perseida; simplemente se tratará de una estrella fugaz proveniente de otras lluvias mucho menos activas en esa fecha (por ejemplo, las Delta Acuáridas con radiante en la constelación de Acuario), o una de tantas estrellas fugaces de ese “fondo” que pueden verse cualquier día y que no tienen su origen en una lluvia de estrellas definida.

– Cuántas estrellas fugaces se van a ver:

En condiciones óptimas, este año se espera que las Perseidas alcancen una tasa horaria de 100, o incluso más, estrellas fugaces a la hora (aproximadamente un promedio de un par de estrellas por minuto), pero las condiciones reales no suelen ser las óptimas… En condiciones óptimas se supone que la observación se produce en el momento del máximo, sin contaminación lumínica y con el radiante muy cercano al cénit, pero en el mundo real hay contaminación, a veces no se observa en el momento del máximo y el radiante se puede encontrar cercano al horizonte. Teniendo todo ello en cuenta, mi opinión personal es que sería todo un éxito si se lograsen ver entre 20 y 30 estrellas fugaces por hora (en promedio, aproximadamente una cada dos o tres minutos), que unidas a las 4 ó 5 a la hora del “fondo” de “No Perseidas” darían para pasar un rato muy divertido y para que se puedan pedir un montón de deseos (ojalá que se cumplan). Además, en muchas ocasiones más que el número final total de estrellas que puedan verse, importa la “calidad” de los meteoros observados por lo luminosos que puedan llegar a ser. Al respecto, algunas estrellas fugaces,  llamadas “bólidos”, pueden llegar a presentar el aspecto de una verdadera bola de fuego con estelas que perduran como caminos de luz suspendidos entre las constelaciones.

– Dónde realizar la observación:

No hay un lugar especial para ver la lluvia; se trata simplemente de intentar encontrar un lugar lo suficientemente alejado de cualquier foco de contaminación lumínica, como podrían ser los cascos urbanos de las poblaciones, las cercanías a carreteras o caminos muy transitados, o a construcciones en el campo con potentes focos de luz. Cuanto más oscuro sea el lugar escogido, más meteoros podrán verse. Eso sí, para los criptanenses que decidan observar preferentemente la zona del radiante de la lluvia, no les quedará más remedio que ir al norte y les aconsejo que se separen, como mínimo, 4 ó 5 kilómetros de la población para minimizar los efectos devastadores de la “seta” de contaminación lumínica que genera el pueblo.

Os animamos a compartir vuestras fotografías y experiencias en redes sociales con la etiqueta #korovaperseidas

Deja un comentario